miércoles, 13 de enero de 2010

Mi reino por un dominio




Por Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña (*)


La llegada de Internet a nuestra vida ha hecho que irrumpan en nuestro quehacer diario algunos inesperados invitados, entre ellos los nombres de dominios.

Los nombres de dominio son absolutamente necesarios para poder posicionar nuestra marca, son nuestra dirección en Internet, y nos permiten ser encontrados desde cualquier ordenador del mundo.

Las extensiones (también conocidas como TLDs) más utilizadas son las terminaciones de los nombres de dominio, los .com .net .org .info o en España los .es. No todas tienen el mismo valor y a nivel internacional el .com es el rey absoluto, seguido en España del .es. Cabe destacar que, tras su liberalización en noviembre de 2005, se encuentran registrados cerca de 1.3 millones de dominios .es.

Es difícil valorar qué vale un dominio y qué repercusión tiene poseerlo. A mediados de los años 90, los early adopters tuvieron la fortuna de registrar los dominios más representativos. De esta manera, muchos de los dominios más interesantes a nivel comercial y/o de marketing en español acabaron en manos de inversores y también de especuladores americanos. Muchos de esos dominios, poco a poco, están regresando en el mercado secundario y en ocasiones por medio de impresionantes ventas a España y Latinoamérica.

Por poner un ejemplo esclarecedor, cuando a principios de los años 90 se registraron dominios como juegos.com, o viajes.com por poco más de 20 dólares, poca gente podía pensar que tan sólo 10 ó 15 años después se pagarían por ellos cantidades de más de 1 millón de euros.

Los dominios vendidos con un precio más caro consiguen cifras tan altas que se convierten en un valor especulativo de primer nivel. Ejemplo de ello sería Sex.com, que se vendió en 14 millones de dólares, algo más modestos fueron business.com por 7,5 ó diamond.com por la misma cantidad. En el mercado español podemos destacar juegos.com, que se vendió por 1 millón de dólares, para 2 años después venderse por una cantidad muy superior, que se especula está entre los 3 y 6 millones.

Pero, ¿realmente valen ese dinero? ¿Por qué tiene valor un nombre de dominio?

Además de un factor de marca y de poder convertirte en el genérico de tu sector, cosa que no ocurre offline y representa una oportunidad a nivel de branding, los dominios de calidad traen algunas otras cualidades que los hacen interesantes para especuladores e inversores:

- Son importantes para el posicionamiento en buscadores, especialmente en Google. Si me llamo pisos.com y ése es mi sector, tendré mucha más facilidad en posicionarme por las búsquedas de pisos que el resto de mis competidores. Eso al final es tráfico y, por lo tanto, ventaja competitiva e ingresos.

- Los typeins o tráfico directo que reciben los buenos genéricos de usuarios que, sin saber lo que se encontrarán, escriben el genérico .com o .es en su navegador. Así, si vendemos barcos y poseemos el genérico podemos contar con cientos de visitas al día simplemente por nuestro nombre y son usuarios que evidentemente se interesan por nuestro sector, aumentando la posibilidad de hacer negocio.

En el mundo anglosajón, en los últimos 3 años, es frecuente ver cómo firmas de inversión presentan su cartera de dominios a modo de garantía bancaria para conseguir préstamos o simplemente como se puede recurrir a financiación bancaria para la compra de este tipo de activos. Llegará el día en el que el mercado latinamericano esté desarrollado a ese nivel. Tiempo al tiempo.

(*)CEO Ocio Networks

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