miércoles, 6 de enero de 2010

2010 y la apuesta de cambio de mentalidad a favor de las MiPyMes mexicanas


Por Emilio A. Calderón Mora


El 2009 será recordado, entre otras cosas como el periodo de crisis económica más fuerte de la primera década del siglo XXI. El mundo se enfrento en el año que concluyo hace unos días, a situaciones de índole financiera que contagio al mundo entero y que sobrepasaron las expectativas de muchos de los especialistas en el ramo económico.

El impacto de dichos elementos se vio fortalecida por la influencia que las nuevas tecnologías de la información y comunicación que triplicaron la velocidad de propagación de los elementos negativos generados por el epicentro del terremoto financiero, que como bien es sabido lo fue el sistema financiero estadounidense, que con su afán de cumplir con la primera filosofía de la empresa, la cual es "maximizar la ganancia", se olvido del segundo principio filosófico y que es a nuestro parecer el que da el equilibrio a la economía internacional; "al menor riesgo posible".

Es cierto que existen premisas que indican que "el que no arriesga no gana", pero esta es eficiente siempre y cuando se analice de mejor manera las variables tanto internas y externas del entorno que influyen en ese tipo de toma de decisiones; situación que no contemplo de manera eficiente las empresas que están dentro del sistema financiero de los Estados Unidos.


Utilizando una estrategia financiera expansionista al facilitar el acceso al crédito a sujetos de máximo riesgo de pago, empezaron a generar el fenómeno de bola de nieve, que fue creciendo y creciendo hasta el momento que esta se tuvo que estrellar con la realidad económica de la mayoría de la población a la que se le había asignado esos créditos y que principalmente fueron usados para adquirir bienes inmuebles, lo que hizo que sucediera lo que todos ya sabemos en cuanto a repercusiones y medidas tomadas para enfrentar dicho cisne negro.

Eso ya es historia, ahora con este año que inicia surge un punto de inflexión para todos y cada uno de los sectores económicos y para las empresas y personas que interactúan en ellas. Con la crisis del 2009 quedo demostrado que la globalización si existe y que el sistema capitalista bajo su formato actual afecta a todas las unidades económicas por igual, ya sean grandes empresas, pequeñas, medianas o microempresas, nacionales o internacionales, publicas o privadas, todo esta interconectado, no importando el discurso, ideología o movimiento que se diga o realice en contra del sistema capitalista.

Cualquier individuo o empresa tendrá que adaptarse a las situaciones que el sistema económico vaya presentando aprovechándolo a su favor. Pero el principal reto al que se enfrentaran y se han enfrentado la economía nacional desde ya hace mucho tiempo es el de tener la costumbre principalmente del pesimismo, de la acción de criticar o quejarse y no actuar, el de buscar el beneficio con el mínimo esfuerzo, el de lograr objetivos fomentando o siendo participes de la corrupción, el de darse por vencido ante los desafíos por lo complicado de la situación o la exigencia de estos.

Es ahí donde debe comenzar el cambio y la nueva forma de adaptarse al entorno económico global. Un cambio que siempre se ha promovido y hablado, ya sea como campaña de mercadotecnia social o como propuesta política, lamentablemente este eje de motivación solo ha quedado en palabras.

Y esta reflexión no nada mas va encaminada a hacer conciencia en la necesidad del cambio de mentalidad a los empresarios nacionales, principalmente a los que están concentrados en las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMes) de cualquier sector y giro, sino también y principalmente al recurso humano que se forma en las universidades, especialmente en las facultades o escuelas económico - administrativas, que serán aquellos que dirigirán, emprenderán, coordinaran a las MiPyMes del presente y futuro y que tendrán en sus manos el futuro económico del país; pero, si la tendencia sigue entre el universitario, y no digo que todos los universitarios se comporten de la misma manera pero a veces el simple hecho de obtener una buena nota mediante el mínimo esfuerzo pero sin aprender nada, por el simple hecho de que las circunstancias generadas por el entorno son las mas sencillas es lo que en la mayoría de las ocasiones se presenta.


Muy pocos optan por la selección de materias que si bien el nivel será mayor en cuanto a trabajo, disciplina o exigencia y que la nota se basara en el esfuerzo ,trabajo y conocimiento adquirido, el valor cualitativo obtenido será mayor para cuando se enfrenten a la realidad empresarial que se elija.


Lo que implica en resumen un costo de oportunidad para las MiPyMes nacionales por parte del recurso humano universitario, que se podría interpretar de la siguiente forma: obtención de una titulación mediante sistemas cuantitativos y no cualitativos a través de sistemas de evaluación sin contenido o demasiado sencillos, obteniendo el beneficio de una salida pronta de la universidad pero sin tener los requisitos mínimos de calidad que actualmente requieren las MiPyMes nacionales o por otro lado, el obtener un titulo que refleje el nivel de conocimientos necesarios para asesorar, crear o manejar una empresa no importando el área que se desenvuelva, partiendo de la filosofía de ser un solucionador de problemas y no un creador de ellos como lo seria el primer caso de este costo de oportunidad.

La decisión de en que lado de la balanza se desea estar ya no es una decisión de manera individual y que afectara al que tome, sino que dicha opción que se opte repercutirá en la economía empresarial nacional, por que un recurso humano mal preparado es aquel que se quedara sin empleo, sin oportunidades o peor aun el que por situaciones de la vida llegara a tener o generar una empresa de manera directa o indirecta afectara con su falta de calidad al flujo básico de la economía, y para muestra un botón, tenemos la deshonrosa mención de ser el país de Latinoamérica que menos creció en el año de la crisis, habiendo ejemplos positivos de economías que no sólo manejaron bien la crisis sino que hasta están en situaciones de crecimiento, caso de Brasil, Chile, Perú o hasta la misma Colombia y todo por hacer un mayor esfuerzo y haber cambiado antes de tiempo.

Es entonces que tanto empresarios como universitarios deben estar a favor y emprender el camino del cambio de mentalidad del mínimo esfuerzo por el de la conciencia y voluntad de la mejora, ya que si se realiza esto el nivel de vida podrá ser mejorado, ya que existen muchas oportunidades tanto en zonas urbanas como rurales que pueden ser aprovechadas, pero el cambio de mentalidad y de costumbre debe ser el motor de ese aprovechamiento de oportunidades.

En esta columna desde hace mucho se ha optado por ese cambio de mentalidad, que si bien nos un largo camino por recorrer para lograrlo pero creemos que estamos en el camino correcto para cambiar la forma en como las MiPyMes se desenvuelven en el país, pero lo mas importante de esto y usted lector ¿está dispuesto al cambio?...

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