Por el Dr. Jesús Héctor Muñoz Escobar
El barril de petróleo, los Commodities, la cotización peso dólar: en un contexto complejo como lo es la crisis financiera global, se observan algunos signos de recuperación, un indicador clásico del estado de la economía es el precio del petróleo, que entre otras cosas, nos indica en qué nivel de intensidad se encuentran las fuerzas productivas, en este sentido es destacable que durante el mes de mayo, el precio del Petróleo se ha incrementado un 27% al rebasar el promedio que se había establecido de alrededor de 51 dólares el barril hasta los 65 dólares actuales.
Como el resto de las materias primas (commodities), el petróleo se está beneficiando de la percepción sobre la recuperación económica mundial y por una mayor posibilidad de riesgo que están tomando los inversionistas. El precio del crudo ha superado los 65 dólares por barril sobre todo por el anuncio de la caída de las reservas de Estados Unidos, quien anunció que disminuyeron en 363.1 millones de barriles, en este sentido, los países productores agrupados en la OPEP creen que se situará entre 75 y 80 dólares hacia finales de año.
La recuperación del petróleo ha sido paralela a la de las bolsas e inversa al movimiento del dólar, que se ha devaluado ante una cesta de monedas y que los analistas ubican a la cotización peso dólar al final del año a 13.50 esto si los escenarios no se complican mas en México.
Tanto el barril de Brent, de referencia en Europa, como el Petróleo Intermedio de Texas de referencia en America, se han ido recuperando desde los niveles mínimos de enero, cuando los futuros del Brent estaban a 47.10 dólares y los del Texas a 46.74. Sin embargo están todavía lejos de los más de 140 dólares con que cotizaban ambos tipos de petróleo en julio de 2008, situación excesiva que provocó desajustes económicos.
Otra novedad por parte de los principales commmodities, es que los precios están subiendo, impulsados por las expectativas de una creciente demanda en China nuevamente. Lo anterior aunado a la lógica de que los productos agrícolas no van a ser tan vulnerables a las consecuencias de la crisis como lo han sido el petróleo o los metales.
Por ejemplo, la semana pasada la soya alcanzó en el mercado de Chicago su nivel máximo en los últimos siete meses ante la posibilidad de que la producción global sea reducida, incrementándose en un 30% desde principios de abril, asimismo, el azúcar ha mantenido su tendencia alcista por el incremento de los precios ante la mala cosecha en la India, que ha generado un déficit global el cual se califica como histórico.
Esto ha detonado una nueva carrera que tiene que ver con la compra de superficies de cultivo en países pobres por parte de países desarrollados, por ejemplo China se aseguró el derecho de producir aceite de palma que usará como biocombustible, en 2.8 millones de hectáreas del Congo, la sueca Alpcot Agro compró 128,000 hectáreas en Rusia, la Coreana Hyundai Industries adquirió 10,000 hectáreas en Siberia, el banco estadounidense Morgan Stanley obtuvo 40,000 hectáreas en Ucrania y Pava.
Ésta es la tendencia para asegurar competitividad por parte de los países para atender las necesidades propias y del mercado.
En conclusión, se avizora un panorama positivo a nivel internacional y este mismo va a descender en cascada a los paises de las economías emergentes como México.
Dr. Jesús Héctor Muñoz Escobar
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