lunes, 9 de noviembre de 2009

Creatividad Fiscal


Por José Eugenio Castañeda E.

Una verdad inmutable es que en cualquier parte del mundo a nadie nos gusta pagar impuestos. Sin embargo, aunque no sean de nuestro agrado, estamos obligados a cumplirlos.

Por disposición constitucional las contribuciones constituyen un deber ciudadano. A cambio --se supone-- de los servicios que recibimos del gobierno. Lo anterior, aunque sepamos que no existe ningún equilibrio entre los derechos de los ciudadanos para exigir el cumplimiento de las obligaciones a cargo del gobierno y la actitud de las autoridades ante su omisión.

El principio del contrato social se basa en las garantías de seguridad y justicia que todo gobernante debe asegurar al gobernado. En nuestro país, como lo padecemos día a día, tal garantía de seguridad prácticamente no existe, y en cuanto a la de justicia, ésta es muy relativa.

No obstante lo anterior, el cumplimiento de las cargas fiscales, ya sea que se llamen impuestos o contribuciones de cualquier otra índole, no está sujeto a la condición de que la contraparte --es decir, el gobierno-- cumpla con sus deberes.

La única forma de manifestar inconformidad y de reclamar ante tales faltas es únicamente a la hora de votar. Es en las elecciones cuando se puede de alguna manera hacer sentir el disenso ante las faltas y promesas incumplidas de los gobernantes.

Ante la crisis económica que afecta al mundo, especialmente a México desde hace más de un año, es un hecho que los recursos públicos han disminuido. Además de ello, los ingresos derivados del petróleo --que durante décadas constituyeron nuestra principal fuente de divisas-- han tenido una caída doble; por un lado, la disminución en el precio por barril en relación con los últimos años, y por otra, la baja productividad del crudo ante el agotamiento de las reservas mexicanas.

La situación ha provocado que de nueva cuenta el gobierno haya planteado la necesidad de subir los impuestos, especialmente al consumo --es decir, los que todos pagamos cada vez que compramos algo o recibimos un servicio--, pero también los que gravan las utilidades, como es el ISR.

El descontento no se ha hecho esperar, tanto por parte de empresarios como de grupos de contribuyentes y partidos de oposición. De lo que curiosamente todos hablan, pero nadie propone nada, es en cuanto a la necesidad de ampliar la base de contribuyentes. Es decir, los que pagamos somos los de siempre, quizás si acaso un 40 por ciento de la población, el restante 60 por ciento, sin embargo, no paga nada o paga muy poco y casi en forma accidental.

Pareciera que es un tema reservado a iniciados y de muy difícil aplicación, pero en la realidad no se trata sino de tener un poco de creatividad y de poner en práctica mecanismos para su cumplimiento, lo cual podría ser relativamente sencillo si se cuenta con voluntad y existe interés en que las cargas fiscales sean realmente equitativas.

Pongamos por ejemplo el caso de los taxistas. Su ingreso --si bien modesto-- lo reciben en efectivo y no pagan, que se sepa, impuesto alguno. En el Distrito Federal circulan cerca de doscientos mil taxis, cuyo promedio diario de venta ronda los quinientos pesos. Si cada uno de ellos pagara treinta pesos diarios como cuota fija, el gobierno recibiría casi dos mil doscientos millones de pesos extras.

Si consideramos que la mayoría de los coches de alquiler trabajan doble turno, el ingreso tributario por tal concepto subiría en otro tanto.

Lo mismo pasa con los tianguistas, locatarios y expendedores de periódicos y revistas, de los meseros --por lo que hace a las propinas--, por no hablar desde luego de los ambulantes que le pagan una cuota de protección a sus líderes, pero no contribuyen con nada al fisco, además de que casi todos se roban la energía eléctrica y utilizan otros servicios de manera gratuita.

¿Por qué ellos no, y usted y yo sí tenemos que pagar, y estamos, además, sujetos a revisiones y multas si fallamos?

Nadie da respuestas. Desde luego, no pretendo castigar el ingreso de quienes ganan menos, pero no es posible que aspiremos a ser un país civilizado y con mejores servicios públicos, si no creamos una cultura de pago de impuestos que sea aplicable y proporcional para todos.

Por otra parte, ante la crisis, quedaría la posibilidad de crear un impuesto único al patrimonio, que sea aplicable a los que mantienen una liquidez por encima de los parámetros ordinarios de la mayoría de la población. Pero de esto hablaremos la próxima semana.

Se trata solamente de un poco de creatividad.


2 comentarios:

  1. Creo que no solo es cuestión de tener imaginación, para poder lograr el equilibrio fiscal que México necesita, también es cuestión de Equidad, no es posible que el 80 % del presupuesto se encuentre destinado a mantener una burocracia que en lugar de permitirnos avanzar se convierte año con año en un lastre cada vez más pesado y el 20 % restante solo quede para lo correspondiente a gasto social; también es cuestión de voluntad política, basta ya de tener que esperar a que el Poder Ejecutivo, lance la primera bola para poder iniciar el juego legislativo, si no, para que tener una cámara tan numerosa y onerosa si nuestro poder legislativo es incapaz de hacer bien su trabajo, el de legislar, para lo cual no requieren de que el presidente del país inicie una propuesta de ley; también es cuestión de exigir, que el pueblo sea capaz de exigir que su gobierno cumpla su parte de otorgar las garantías que solo por encontrarse en nuestra constitución, nos pertenecen; también es cuestión de dejar el paternalismo; no es posible que a los más pobres se les de un paliativo a su situación en lugar de crear los mecanismos para que de pasar a ser simples receptores tengan la capacidad de crear sus propias oportunidades de generar ingresos (y con ello el pago de impuestos).

    Como propones, la cantidad de ingresos es muy buena, pero quién es el político que realmente tendrá los pantalones bien puestos para meter en cintura a, Taxistas, locatarios, mercados sobre ruedas, meseros, sindicatos de empresas paraestatales y sobre todo, comercio informal, si con solo mencionarlos, inmediatamente salen a delinquir a las calles con su supuesta libertad a la expresión?

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  2. Cuando se dejara atras el matriarcado de la revolucion.
    Porque no la ciudadania conforme a las leyes y al derecho demanda publicamente y en la corte .
    Impuestos ... Derechos ... Gastos ...etc
    Todo lo que le afecte o con lo que no este de acuerdo como el ejercicio del poder y de los recurzos que via impuestos pagamos.
    ¿Que los impuestos no son para que los ciudadanos sacrificados ( digase burocracia ) hagan mas eficientes este dinero para dotarnos de los servicios y derechos que tenemos ?. ** la realidad ellos cobran mas que los que pagamos impuestos *** como puede ser que necesitemos 100 trabajos para pagar uno de ellos y aparte nos atiendan como ladrones y pediches .

    Despuerten demanden ... no hagan demagogia ni politica las acciones no son hacer mitines es luchar por nuestras derechos y obligar que cumplan los politicos y el sistema de gobierno.

    Con el voto ..no logras mas ... solo te cuesta mas ...y mas y mas

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