El factor Obama

• * Por Humberto Hernández Haddad

El Financiero en línea

1.- El martes 20 de enero, en la ciudad de Washington, Distrito de Columbia, rendirá protesta constitucional el abogado Barack Hussein Obama, para iniciar su gestión como el presidente número 44 de los Estados Unidos. Las esperanzas que ha despertado para cambiar el rumbo de su país son tan altas como también lo son las asombrosas cifras de la crisis financiera que los envuelve. El problema político más difícil con el que habrá de trabajar su gobierno es el desempleo que avanza a una velocidad sin precedentes.

2.- La Reserva Federal de los Estados Unidos ha explicado esta semana que la caída económica, casi del 6% en el PIB durante el cuarto trimestre del 2008, será de la misma magnitud de la que calculan van a tener durante el primer trimestre del 2009. Frente a esa realidad no hay la menor duda de que los efectos de esta crisis económica van a crear un escenario político y social muy tenso al interior de los Estados Unidos.

3.- Como resultado de esa emergencia interna es previsible que la atención de los Estados Unidos habrá de centrarse durante varios años, quizá durante todo el gobierno del Presidente Obama, en un esfuerzo de reconstrucción y salvamento de su sistema financiero y de varias ramas industriales que están a punto de ahogarse, como es el caso de la industria automotriz, en donde por cierto las plantas de autopartes y motores establecidas en México podrán jugar un papel trascendental cuando llegue el momento de hacer la reconversión industrial automotriz.

4.- ¿Podrá el factor Obama introducir las reformas políticas, financieras, industriales, energéticas y ambientales que muchos, dentro y fuera de su país, esperan de su gestión? Es demasiado temprano para saberlo en este momento, cuando todavía no hemos escuchado los conceptos y las definiciones de su discurso de toma de posesión. Lo único que ya sabemos es que la magnitud del reto que enfrentará su gobierno es de proporciones históricas y que esa crisis va a ser exportada al resto del mundo.

5.- En la raíz de este desajuste financiero subyace un problema que no es económico y que es netamente jurídico. Los procesos de liberalización financiera y comercial fueron llevados a tal grado de exceso que precisamente esa falta de regulación legal condujo al derrumbe del sistema que se quedó sin supervisión. Reparar ahora los daños económicos causados por esa falta de vigilancia jurídica tardará varios años y será pagado por varias generaciones futuras con bonos de deuda pública. Es previsible que el déficit fiscal del gobierno de los Estados Unidos rebase el 50 por ciento en el 2009,convirtiendo al presidente Obama en un presidente fiscalmente sobregirado.

6.- Si la máxima prioridad de los Estados Unidos en estos momentos es resolver su situación financiera, fiscal y laboral, resulta previsible que pronto surgirán tendencias aislacionistas que reclamarán solución a sus necesidades internas, dejando que el mundo resuelva sus problemas. Ello hace aconsejable que México se prepare para enfrentar esta crisis sin hacerse ilusiones de apoyo estadounidense. México tendrá que presentar propuestas que sean estables y atractivas para los inversionistas internacionales en el marco de un ambiente económico global deprimido.

7.- Un tema que México podría plantear ahora a los Estados Unidos es transformar el Banco de Desarrollo de la América del Norte, conocido como el NADBANK por sus siglas en inglés, para que sea un instrumento verdadero de fomento económico en áreas estratégicas que no ha podido tocar desde que nació como resultado de la negociación del TLCAN en el año 1993. Cuando perdió la reelección el presidente George Bush en 1992, surgió la propuesta de Bill Clinton y un grupo de Congresistas Demócratas de condicionar su apoyo al Tratado sólo si se introducían Acuerdos Paralelos en materia laboral y ambiental, y se creaba un Banco para el desarrollo binacional.

8.- Ni los Acuerdos Paralelos ni el NADBANK han cumplido en su totalidad con los propósitos que les dieron vida. Esta crisis ofrece una oportunidad de revitalizar esos instrumentos de cooperación económica binacional.

9.- Si las remesas de dinero recibidas en México por las familias de los trabajadores migratorios se estima que disminuyeron en el 2008 un 2 por ciento, con respecto al año 2007 en que alcanzaron la cifra de 23 mil 969 millones de dólares, ahora como resultado del alto desempleo en Estados Unidos, esas remesas se calcula que podrían disminuir un 15 por ciento en el 2009.

10.- Recuperar el crecimiento económico es el principal reto para México y Estados Unidos. Pronto veremos que esta crisis obligará a explorar nuevos caminos de cooperación binacional para el desarrollo y que sectores que fueron abandonados a su suerte, como la agricultura, la ganadería, la petroquímica, entre otros, tendrán que ser revalorados por su importante función social en la generación de empleos y su contribución anti-inflacionaria en la oferta de alimentos. Parar la inflación de precios es urgente, especialmente cuando vemos que entre octubre y noviembre de 2008, once categorías de alimentos promediaron un incremento de sus precios de 12.6 por ciento, lo que equivale casi al doble del índice anual de inflación oficial fijado en 6.53 por ciento.

* Analista financiero y económico humberto.hernandez.haddad@gmail.com