martes, 15 de septiembre de 2009

Paquete económico recesivo e inflacionario

Por Jorge Santa Cruz (*)

El paso de los días ha permitido un estudio serio y desapasionado del paquete económico que presentó el gobierno federal al Congreso de la Unión.

La estrategia económica del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, se muestra en toda su crudeza: recesiva e inflacionaria.

Recesiva porque disminuye de manera significativa el poder de compra de la clase media y de las clases populares. Los ejemplos son claros:

a) Con el impuesto de dos por ciento –el “impuesto contra la pobreza”- los pobres tendrán que gastar 5 mil 440 millones de pesos adicionales, según establece un estudio elaborado por el investigador de El Colegio de México, Genaro Aguilar Gutiérrez.

b) Ese impuesto del dos por ciento, sumado al IVA ya existente del 15 por ciento, significará, para los 50 millones de pobres que hay en el país, una erogación de 92 mil 900 millones de pesos.
c) Esa cantidad es mayor en 18 mil millones de pesos a la que destinará el gobierno federal a los programas contra la pobreza, vía Oportunidades y Apoyo Alimentario. (La Jornada, 11 de septiembre, página 7).

El paquete económico será inflacionario, en caso de ser aprobado como está por el Congreso de la Unión, porque impactará en los precios con las alzas mensuales a los combustibles.

Dicho de otra manera: por un lado le quitarán a los contribuyentes cautivos mediante el alza de impuestos y por el otro provocarán una escalada de precios –y por ende, inflación- con los aumentos a la gasolina, el gas y el diesel. (Y eso que no hemos tomado en cuenta una eventual reducción de los subsidios a la energía eléctrica y los combustibles).

Pero, por si fuera poco, el paquete económico propuesto por el secretario Carstens es absolutamente injusto, porque no impide la tremenda fuga de recursos fiscales que se pierden por los regímenes especiales de tributación.

Tan sólo en este 2009 se dejarán de captar casi 645 mil millones de pesos debido a las tasas diferenciadas de impuestos, exenciones, créditos fiscales, condonaciones, estímulos, deducciones y regímenes especiales.

¿Todo lo anterior qué quiere decir?

Que a los contribuyentes cautivos de siempre les van a cargar la mano, en especial a los más pobres, mientras que a los más ricos y poderosos les van a seguir manteniendo sus prebendas y canonjías.

Lo peor de todo es que piensan que la sociedad no se da cuenta, la subestiman y le niegan capacidad de discernimiento. Ah, pero eso sí, nos invitan a festejar nuestra “independencia”. Ver para creer. Creer para sufrir.


Hasta el próximo martes en otra entrega de Perspectivas de Poder. (*) Conductor de noticias de Radio Trece y académico de la Universidad AnáhuacCorreo electrónico: jsc.58@hotmail.com

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