domingo, 9 de agosto de 2009

E.E.U.U.: ¿callejón sin salida para las exportaciones mexicanas?


· El conocimiento de una comunidad vecina nos da una idea del nivel y futuro de su relación bilateral, en todos sus aspectos
· Las pymes mexicanas carecen de un sistema logístico que les permita producir en serie y en serio para otros mercados
· No obstante sí hay oportunidades

Por Mario Barron Pérez-Moreno*


En algún momento puede surgirnos la duda de por qué en documentos informativos, bien se trate de preceptos de un convenio internacional o tal vez de una monografía escolar, para referirse a nuestro vecino del norte, Estados Unidos, se escribe por tradición, aunque cada vez menos frecuente, una doble E y una doble U. Sabemos que en algún momento de la primaria nos lo enseñaron, pero lo hemos olvidado a través del paso del tiempo, a tal grado que hoy día casi nadie lo sabe, pues es un dato que en la práctica, es imperceptible y aparentemente carente de la más mínima importancia.


En cambio, por diversos motivos, además de los necesariamente antropológicos, ciertos grupos estadounidenses de investigadores, estudiantes, misioneros y en algunos casos, hasta periodistas, se internan año con año en las apartadas comunidades Tarahumaras en las mesetas de Chihuahua o se establecen para convivir con la población mixteca de Oaxaca, presentan un impresionante dominio de sus dialectos para sorpresa de sus habitantes y algunos de ellos han llegado a expresar por ejemplo, que “ese joven gringo conoce palabras mixtecas que yo mismo desconocía”.


Tal vez lo anterior puede resultar demasiado vano, pero es innegable que algunos estudiosos saben de lo vital que resulta el conocimiento integral de una comunidad vecina, diferente en lengua, en costumbres, en raza, credo y educación, además, en el caso concreto de México y Estados Unidos, nos da una idea aproximada de la forma en que se puede mejor influir pero también del nivel y futuro que puede vislumbrarse de la relación bilateral entre ambos países, en todos sus aspectos, uno de los cuales, el que para efectos de nuestro tema más nos interesa: el comercio exterior y las oportunidades que nuestras pymes productoras tienen en la realidad.


SI TE VENDO TODO, ¿LUEGO QUE VENDO?


En 1993, luego de un fuerte período de negociaciones que iniciaron con el ingreso de nuestro país a la Organización Mundial de Comercio (OMC) entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (llamado TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés); prometiendo una nueva era económica para nuestro país, con la bandera de su ingreso al primer mundo, la apertura estratégica a los capitales mundiales, a la inversión y el logro de la mejora continua en los procesos de producción y la actividad industrial que les otorgaría en pocas palabras: competitividad.


Hoy día, en pleno 2009 e inmersos en una severa crisis mundial, organismos como CEPAL o el Banco Mundial han declarado en sus informes económicos que el país más afectado en América Latina y tal vez en el mundo entero por dicha crisis, fue precisamente México. El INEGI en días pasados, declaró que el país presenta un estancamiento de 3.4% y el Distrito Federal de 3.9% siendo la entidad con menor crecimiento. (Fuente: El Financiero, Diario)


Estamos a vísperas de la Cumbre del TLCAN cuya sede tendrá lugar en el Estado de Jalisco, con la premisa de que a pesar de la crisis económica que ha afectado principalmente a México, los socios principales de nuestro país y firmantes de dicho acuerdo, E.E.U.U. y Canadá, se harán presentes con cierto hermetismo, porque por una parte Estados Unidos ha declarado que no revisará ni renegociará ninguna cláusula del acuerdo comercial y Canadá por su parte, ha manifestado que la imposición de visas a ciudadanos mexicanos, quedan sin lugar a ningún tipo de negociación al respecto.


Por si fuera poco, el comercio exterior de nuestro país presenta un déficit de -28.9% para el primer trimestre del año de acuerdo con el INEGI, manteniendo un margen negativo para uno de los países con mayores acuerdos en materia comercial firmados; el punto trémulo en toda esta disertación es que simplemente México no ha hecho un uso práctico de esos cuerpos legales y en realidad, no está vendiendo productos. ¿Qué ocurrió?


México ha firmado 15 Tratados con más de 35 países incluido Israel y la Unión Europea, lo que ha otorgado muchos beneficios tenemos que reconocer, como el libre tránsito, no obstante, si bien diversos organismos, empresas e incluso consultorías extranjeras se han beneficiado de diversos preceptos contenidos en esos documentos, al grado que hoy se encuentran en nuestro país prestando sus servicios a particulares y gobiernos en nuestro país. Lo cual en sí no es malo, pero la cuestión cambia cuando haciendo uso indebido de esos mismos preceptos realizan maniobras desde una oficina de representación debidamente constituida en México, para poder licitar jugosos contratos públicos en detrimento de empresas mexicanas…lo bueno es que el mismo gobierno ha puesto cartas en el asunto y poniendo en orden esta situación, ha solucionado en gran parte este problema con el programa de compras que se contempla como una gran ayuda a nuestras pymes.


Pero otro problema a resolver y que en verdad es preocupante es la falta de capacitación y educación misma para nuestras empresas, las cuales carecen de un sistema que les permita producir en serie y en serio. La especialización debe contemplarse en dichos procesos que abarcan desde la forma de fabricación hasta las cuestiones de calcular precios, costos y proyectar una logística debida de exportación, principalmente porque debido a esta falta de capacitación, no se pueden aprovechar los tratados firmados y al estar cautivos en un mismo mercado, su producción se acapara y es difícil lograr ser competitivos.


Para comprender mejor estas líneas, vayamos al ejemplo típico del “vendedor de pueblo”, que no quiere vender el total de su producción diaria bien se trate de artesanías o alimentos, ya que se queda sin mercancía y “si vende todo luego no tiene que vender o peor aún, si es productor de alimentos, bajo diversas circunstancias no tiene opción sino en vender su mercancía al vecino del norte, resultando ser cautivos de un mercado y no poder ni saber cómo cautivar al revés, a un mercado.


DEPENDENCIA Y OPORTUNIDADES NEGADAS EN COMERCIO EXTERIOR


Esta es la dependencia que multiplicada por varios productores hasta llegar a regiones, que no tienen opción de vender sino a Estados Unidos, tanto por “la ventaja” logística que implica la cercanía tanto como por el nivel de consumo de sus habitantes. Esto puede ser en principio muy benéfico para nuestro país, de no ser porque ya hemos visto y comprendido más, lo que significa un resfrío para Estados Unidos y una fuerte gripe para México. Es peligroso depende tanto de un solo mercado, ya que de caer el nivel de consumo, cae por ende, los ingresos y operaciones comerciales para nuestros productores. Bajo estas circunstancias, es muy difícil ingresar a otros mercados.


Por ejemplo, en el Medio Oriente, principalmente en países como Irán o Palestina, el plátano es un fruto altamente apreciado y es muy conocido que el plátano mexicano posee una calidad tan superior al resto de los países productores, debido a factores como altitud, humedad exacta y clima perfecto que proporciona las condiciones ideales en las regiones de Chiapas o Tabasco y lo hacen altamente demandado en esos y otros lugares del orbe. No obstante, es casi imposible exportar a esos países plátano mexicano, a pesar de que sí hay demanda; razones hay muchas, desde lo caro que resulta su flete debido a lo rápido que se descompone (y caro porque se optaría por la transportación por avión) o de igual forma, porque la producción de primera clase se queda en Estados Unidos, la de segunda en Europa y la tercera o cuarta, en México. No obstante, sí es factible llevar nuestro plátano a esos mercados logrando grandes beneficios...de existir una logística bien lograda.


PERO SÍ EXISTEN TODAVÍA OPORTUNIDADES


Con una debida capacitación en procesos, en logística, en sistemas de producción, en sistemas de calidad y sobre todo, en fomento alianzas y en el uso estratégico de los Acuerdos Comerciales a efecto de sacar el mejor provecho para nuestros productores y en sí para nuestras empresas, es muy factible llegar a otros mercados, además del estadounidense.


Es vital el apoyo y orientación de nuestras autoridades, pero además, es su responsabilidad, ya que de lo contrario, México estará inevitablemente condenado a ser un país distribuidor, no creador… a ser en lugar de proveedor de riqueza, un exportador neto de capitales. Aún estamos a tiempo.

*Co-Editor de Estrategia Pymes

pyme@elfinanciero.com.mx

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