lunes, 13 de abril de 2009

Pymes y cultura jurídica

  • La pyme y la asesoría legal
  • La importancia de una buena asesoría
  • Al final de cuentas, es una buena y necesaria inversión
  • Por Lic. Daniel Castro Castañeda (*)
El Financiero en línea

En México existe un sinfín de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, las cuales en su mayoría están constituidas por dos socios o a lo más cuatro o cinco, dependiendo de la actividad que se pretende realizar y el entorno económico en donde se van a desarrollar.

Las más de ellas, son de carácter o tipo familiar; es decir se constituyen por los cónyuges o entre hermanos, otras tantas se cometen entre amigos o conocidos con un mismo fin de negocio, en donde ya sea que uno o una parte de ellos aportan el capital y el otro u otros aportan el Know How (es decir, el capital de trabajo, la experiencia profesional) y así, se lanzan a la aventura dentro del mundo empresarial con un mismo objetivo: PROSPERAR.

Pero la realidad de todas estas PYMES, es que muchas de ellas prosperan y otras tantas fracasan o se quedan en el camino y lo que comenzó como toda una aventura puede terminar como una real pesadilla.

LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA ASESORÍA

Eso se debe en la mayoría de los casos a que muchas de estas Micro, Pequeñas y Medianas Empresas se enfrentan a una aglomeración de cuestiones legales y administrativas, las cuales casi siempre no cumplen o cumplen a medias, ya sea por falta de conocimiento de sus derechos y obligaciones, por la falta absoluta de asesoría o bien por qué no decirlo, también debido a una mala asesoría; todo esto ocasiona en un momento determinado, que estas empresas enfrentarán una serie de problemas ya sean legales o administrativos, internos o externos y además, no sabrán cómo enfrentarlos de la mejor manera posible, al menos para no resultar muy afectadas.

Ahora bien, en momentos como este, es cuando dos o más personas deciden aventurarse a emprender un negocio empresarial dentro de un segmento o cualquiera otro y lo primero que hacen es recurrir a un Notario Público o Corredor Público y dejan en sus manos la decisión desde el tipo de sociedad que van a constituir hasta la redacción del objeto social de la misma -esto sin afán de menospreciar el valioso trabajo de dichos profesionales dentro de su ramo- pero estos últimos, únicamente se limitan a redactar los estatutos o lo que se conoce como acta constitutiva de la sociedad, redactando un objeto social regularmente genérico y solamente en algunos casos y cuando así se les solicita o se pacta, realizan el Alta e Inscripción en el Registro Federal de Contribuyentes del Servicio de Administración Tributaria.…y una vez hecho esto; ahora sí, los nuevos empresarios listos ya para trabajar a hacerse de esos millones de pesos que se plantearon que iban a ganar, sin tomar en cuenta la carga legal y administrativa que de no involucrarse desde el principio en diseñar y redactar un adecuado objeto social con el notario y el mejor esquema de sociedad a constituir y cuales son las obligaciones fiscales que debe o no cumplir, lleva consigo el que en muchos casos se de inicio al vía crucis de muchas de estas PYMES.

Pero, cuándo pensaron los futuros empresarios en cual sería la mejor forma de iniciar su negocio, en cuáles son los derechos y obligaciones que van a adquirir al momento de constituirse como empresa, cuál es el mejor esquema si ya no comercial; sí el jurídico y legal que puede adoptar la futura empresa, si las obligaciones que dio de alta al momento de inscribirnos en el mencionado Registro nuestro Notario o Corredor Público, son realmente las que nos corresponden y si no tenemos obligaciones de más o de menos, entre muchos otros aspectos.

¿Y saben porque sucede esto?

UNA BUENA INVERSIÓN AL FINAL DE CUENTAS

Porque la mayoría de nuestros futuros empresarios o emprendedores, no pensaron en una buena asesoría legal, contable, administrativa, comercial o de mercadotecnia, en ciertos casos, porque algunos no lo consideraron necesario, otros porque pensaron que lo irían enfrentando en el camino, otros porque no contaban con los recursos suficientes, pero la mayoría; es decir entre un 70% y un 75% de los emprendedores, porque lo consideraron más un gasto oneroso que no era necesario realizar en ese momento, que una buena inversión para dar seguridad a su negocio; pero también y como ya lo mencionamos antes, porque desafortunadamente tuvieron una mala asesoría.

Sólo les diré a ustedes queridos lectores, que la mayoría de los empresarios ven esto más que como una inversión segura en el futuro de su negocio, como ya lo dije antes, como un gasto oneroso e innecesario…¿por qué?. . . “pues como ¿para que?, si lo único que hay que hacer es empezar a ganar esos millones”… y no es así, ya que en la práctica, este segmento empresarial, dentro de la economía formal, es el más golpeado en todos los aspectos, y precisamente justo cuando ya es tarde y cuando ya están los problemas encima, es cuando se piensa en buscar algún tipo de asesoría, la cual es en la mayoría de las ocasiones correctiva y no preventiva, he ahí el porque la necesidad de una buena asesoría desde el nacimiento o inicio del negocio a emprender en la vida empresarial.

(*) Director de la Firma C&C Abogados y Consultores, S.C.

www.ccayc.com
contacto@ccayc.com

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