lunes, 7 de septiembre de 2009

Deudas...deudas...deudas...


Por Ricardo Mayer


El estar endeudado puede volverse una pesadilla, en la gran mayoría de los casos es un proceso silencioso casi imperceptible, empieza por el hecho de que no se hace el pago total de lo que debemos en tarjeta. Nos acostumbramos al hecho de que pagamos una pequeña cantidad de intereses mas no nos importa... es una cantidad mínima.


Sigue el proceso silencioso... todos encontramos dificultades al pasar el tiempo gastos imprevistos que nos impiden bajar nuestros adeudos. Lo adeudado sigue incrementándose lentamente y los intereses que estamos pagando ya son una cantidad importante. Este lento descenso a una situación donde ya no alcanzan nuestros ingresos para cubrir nuestros gastos cotidianos y la carga de intereses no necesita de una pequeña crisis financiera para hacernos caer en mora.


Crisis, la enfermedad de un miembro de la familia, la pérdida de un empleo, un accidente, un robo, el incremento de las tasas de interés, o algo tan aparentemente inocente como unas vacaciones mal presupuestadas cargadas a nuestra imprescindible tarjeta de crédito nos pueden hacer ingresar a las crecientes filas de personas sobre-endeudadas que no pueden reducir el monto de sus adeudos y que no obstante los sacrificios y privaciones a las que se sujetan, no les alcanzan sus ingresos.


Lo anterior es solo el principio de la pesadilla. El no efectuar los pagos de sus préstamos en forma puntual causa multas y recargos crecientes. Las tasas de interés moratorias son verdaderamente asfixiantes. La velocidad a la cual se incrementan los montos de adeudo es formidable. Telegramas groseros, llamadas telefónicas que se tornan cada vez mas amenazantes, abogados agresivos, insultos, etc todos hacen su aparición y socavan la paz y tranquilidad del hogar.


Si leyendo estas líneas reconoces tu situación actual ya diste el primer paso para darle solución. Lo más importante es reconocer el problema y tomar la firme decisión de revertirla antes de que se agrave.


El segundo paso es elaborar un presupuesto, una tabla en la cual plasmamos ingresos y gastos reales dándonos una clara idea de nuestros patrones de consumo. Aquí tomamos el tercer paso que es establecer cuales rubros de gasto vamos a reducir de acuerdo a nuestras prioridades personales.


Esto produce un flujo de dinero que se dedica a la reducción y eventual pago de lo que debemos. El cuarto paso es tener paciencia, nos tomó mucho tiempo endeudarnos, quedar libre de esta carga también toma tiempo.


Es necesario contar con alguna compañía que una compañía especializada en ayudar a deudores morosos, no solo en la capacitación para el adecuado manejo de sus finanzas sino en el proceso de renegociación con sus acreedores.


Consultor

-Cortesía de Eduardo Torreblanca.

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